La brutal explosión que hace un año dejo más de 200 muertos en Líbano está lejos de ser un mal recuerdo del pasado. Las obstrucciones políticas han impedido depurar responsabilidades. En la tercera conferencia que 40 líderes mundiales celebran. de forma telemática, para recaudar fondos,
Francia ha prometido cien millones de euros, aunque el presidente Emmanuel Macron tiene demandas: “Líbano se merece algo mejor que vivir de la solidaridad internacional y depende de ustedes. Formar un gobierno, encontrar los compromisos necesarios, aplicar la hoja de ruta decidida hace casi un año. Por eso, lo vuelvo a repetir, esta es la primera prioridad, la de formar un gobierno encargado de gestionar las medidas más urgentes.”
Desde el suceso la clase política no ha logrado conformar un Ejecutivo estable y ninguno de los cuatro primeros ministros nombrados durante ese tiempo ha cambiado la dirección del país. El jefe de Estado, Michel Aoun, se ha defendido alegando que “ya me he comprometido ante los libaneses a servir a la justicia y a exigir responsabilidades a todos aquellos cuya implicación quede demostrada por las investigaciones. Hoy reafirmo mi promesa de que nadie está por encima de la ley, por muy alto que sea su rango”.
Decenas de miles de personas se han manifestado este miércoles em Beirut para pedir justicia por la explosión que destrozó la mitad de la capital. La población, además, se encuentra inmersa en la peor crisis económica de la historia de reciente del país.
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